Los tatuajes realizados por profesionales requieren un promedio de 7 a 8 sesiones, mientras que los de aficionados pueden tardar de 5 a 6 sesiones una cada 30 días, dependiendo además del tipo de tintas usadas y la profundidad en que esté depositada en la piel, pero en algunas ocasiones se necesitan más de 10 sesiones, debido en gran parte a que la tinta no es bio-degradable o vegetal.
Las tintas obscuras (azul, negro y rojas) se desvanecen mejor. Las anaranjadas y púrpuras usualmente responden bien. Las tintas verdes, amarillas y celestes, son las más difíciles de remover, legrando resultados más óptimos, en sesiones adicionales.
Si el tatuaje tiene muchos colores, éstos se tratarán el mismo día, con diferentes puntas y diferentes intensidades. Cuando hay colores superpuestos, esto es, cuando un negro cubre por ejemplo un rojo, se tratará en la primera sesión el color superior y en otra sesión el color de abajo, esto se hace porque no se puede repasar sobre lo ya trabajado.
En muchos casos, el tatuaje desaparecerá por completo o en un 95%.
Los tatuajes que se realizan para cubrir una cicatriz o marca en la piel, tienen igual resultado en la eliminación pero, en ningún caso, se eliminará la imperfección que se trató de cubrir.